Friday, December 22, 2023

el despertar maternal

 Yo siempre tuve claro que quería tener hijos. Tal vez cuando tuve 15 años decía “yo no quiero tener hijos” porque era cool decir eso, sin embargo no lo había pensado tan a fondo. Tampoco me gustaba mucho nadie y tampoco yo le gustaba a nadie. No había gatillador ni estimulante, no había motivación. Solo era yo y lo que se venía para el futuro, y ninguna de esas opciones era el ser mamá con 15 años o tampoco 18.


Cuando mi amiga me contó que estaba embarazada en el colegio me agarró de sorpresa, creo que, de hecho, recién caigo en cuenta de que fue muy joven y que a la vez ha tenido un ser vivo dentro, tan chica. 

Cuando mi mejor amiga me contó que iba a ser mamá, lo primero que le dije fue “y ahora qué harás, te lo vas a bajar?” Así friamente. Yo estaba en un bus regresando de la universidad, eran las 10pm. No podía creer que mi mejor amiga estaba embarazada con 18 o 19 años. Aún para mí era muy joven, y no había cumplido nada de lo que se había prometido. No sé si siempre un bebé signifique interrupcion, pero sí cambio de planes, además de una responsabilidad.

Yo tuve mi primer enamorado a los 19 y estuve cerca de 3 años y medio con él. Sé que es un tiempo bastante extenso, pero tampoco visualizaba el casarme o tener hijos (yo no, pero su mamá sí jaja). Era la primera persona que me dijo te amo, que me llevó a una cita, que me hizo el amor. También fue la primera persona que me lastimó de muchas maneras y me hizo polarizarme en muchas otras, pero el sentir de querer ser mamá con él y formar una familia creo que nunca estuvo, o al menos no lo recuerdo y las cosas negativas que pasamos solo obstruyeron eso. 

Las otras personas que significaron para mí y pasaron en mi corazón tampoco levantaron esta inquietud, y personalmente creo que por factores como la inestabilidad o el mal momento, pero pese a eso, creo que no existió una ansiedad de generar un compromiso más sólido.

No había sentido eso hasta que me involucré con GC. Esta persona encajaba en mis esquemas de pareja-tiempo, lo conocía tiempo atrás y cuando sucedió nuestro encuentro y crecieron los sentimientos, algo en mi me hizo aterrizar la idea, la posibilidad de que podamos estar juntos y crear algo que nos una para toda la vida: un hijo.


Hoy caigo en cuenta que es tan sorprendente…y que yo todavía me asusto y me da temor pensar en un embarazo, pero creo que el corazón al saber que hay alguien que te respalda y busca lo mismo que tú en un momento exacto, es realmente satisfactorio.

Era una idea que yo no había incluido en mis planes y hoy, cada vez que lo pienso, lo agrando más y más. Lo materializo y lo visualizo, con miedo, con emoción, con deseo. Es que cómo será que yo sea una mamá o cómo será que yo tenga una pareja adulta.

Son escenarios que ansío con tantas ganas, con tanta felicidad y tanto deseo que me aterra saber que puedo estar equivocándome en estos momentos, escribiendo esto desde el otro lado del mundo, sabiendo que la persona que me hizo sentir esta necesidad de concebir una maravilla, está en dios sabe dónde.

¿Será este un error del que no podré volver?


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