escape lunar

Empiezo diciéndote querido, porque siempre te querré (o al menos todo lo que dures en mi memoria, luego será un quién sabrá de él, ojalá le vaya bien). 

Querido,

No puedo empezar a escribir con fluidez porque borro cada línea, qué difícil se me hace decirte esto. Empecemos otra vez. 

Querido, 

Me entra un calor de miedo en el pecho cada vez que te pienso, cada que siento que tienes intensión de hablarme. ¿Será ese un autorreflejo o una acción de amparo? Más me suena a una señal de alto, un signo de parada, demos media vuelta.

Con toda honestidad, querido, te digo que siento una pared que bloquea mi pecho hacia ti, no quiero tenerte nuevamente en mis días y en mi cabeza porque solo causas desastres, eres un remolino de viento que destruye todo y huyes cada vez que levanto la alerta de pánico. 

Mis suspiros irradian pena porque te extraño, y no tienes idea cuánto, pero mi ilusión se destruye al mínimo segundo cuando me doy cuenta cuánto daño me haces, cuánto daño me haces sin importarte en lo absoluto. Sabes que querer no es así porque me duele, y me duele de manera física, te robas mi respiración y mis ojos, y así no puedo ver, no puedo respirar y no podré seguir con mis días.

Cuánto te extraño, pero no quiero que vengas porque estoy genuinamente feliz sin ti, he llegado a sonreír al darme cuenta que tengo paz conmigo y no una abeja que buzzea tu nombre en mi cabeza, cada que me emociono o me entristezco. 

Estuve desde el suelo y con bastón, cojeaba con frecuencia y sentía compasión de una manera retorcida, compasión a ti por no saber qué es querer y compasión porque no podías sentir lo que yo sentía, porque no tenías empatía. 

Cada que suspiro creo que tienes inocencia aún, así como me mirabas en nuestras caminatas nocturnas con muchas sorpresas, recordar esa inocencia creo que es lo que me gusta de ti, saber que te vi por dentro.

Sin embargo, querido, las palabras y los actos siempre duelen más y tengo oídos y ojos. Si contara con detalles cómo entraban estos sonidos o las acciones que veía pues solo sentiría que hablo de otra persona, sin embargo me apena saber que eres tú. 

No me despido, porque siempre estaré para escuchar tu voz que tanto me gusta, estaré abierta a oírte porque te he perdonado. Y tú no lo sabes pero estábamos en una guerra, yo perdí y no pude caminar muchas semanas, perdí mis habilidades visuales y no veía nada. Hoy me siento completa nuevamente, y si bien cada que recuerdo tu nombre me duele un poco el corazón, creo que no siento recelo u odio hacia ti, pero no puedo volver a estar contigo.

Cuando te conocí sentía que éramos tan extraños por todo lo que nos caracterizaba juntos que creía que era perfecto, calzaba con lo que me tocaba y que así iba a ser. No pensé, sin embargo, que duraría tan poco, que sería tan doloroso para mí y que aprendería tanto. Pero, déjame decirte, que pese a todo (y sin detalles mejor), mi amor sincero llevó tu etiqueta, y cada cosa que me generaba amor la relacionaba contigo, cada idea era acompañada de ti, todos mis suspiros de distracción solo eran por ti y mis sueños te cuidaban de noche. y como dice esta leyenda, conoces a alguien y ambos sienten que están destinados, pero el mismo destino cambia los caminos y la vida sigue, los pasos avanzan y queda un sinsabor en la memoria donde recuerdas lo que pudo ser pero termina con un dónde estará y espero que estés bien porque te quiero siempre. 

[recuerda mis preguntas, qué sueñas, por qué vives, qué te hace feliz y por qué me miras así. qué te pone triste, a quién amas cuando piensas en amor, qué quieres ser cuando seas más grande y por quién te despiertas. por qué tienes las cejas en forma de cerros y qué piensas cuando te volteas en la cama. qué te gustaría ver antes de morir y qué le dirías a tu madre que te cuida en el cielo. cómo es que te enamoraste por primera vez y qué quieres sentir cuando tengas tiempo. por qué te tienes que ir tan pronto, por qué ya no me miras con el brillo en tus ojos y por qué evitas mis preguntas. tienes algo que decirme, por qué me mientes si tus manos me cuentan todo, por qué no te pones crema en las manos, qué piensas cuando ves al cielo y cuál sería tu regalo ideal por navidad. por qué tienes tantos lunares en la espalda y por qué me abrazas tanto al despertar. te gusta darme muchos besos frente al espejo, verdad, y por qué utilizas esos zapatos que tanto me disgustan. por qué sonríes al mirarme hacer cosas y por qué te sonrojas cuando te miro, por qué desvías tu mirada y por qué me agarras de la mano al caminar. por qué te desapareces por semanas y por qué ya no te veo. por qué me haces esto si sabes cuánto te quiero y por qué no me dices que tú ya no. por qué me buscas si me lastimas y por qué quieres estar presente si causas dolor. 

por qué ya no te respondo, porque me duele el pecho.]

Lo más bonito que sucedió fue decirte todo lo que sentía y sentirlo realmente, sin miedo a nada, sin espera de respuesta, sin arrepentimientos. Era solo sinceridad y amor, incluso hoy.
Creo que puedo definir el amor en una sola palabra, y el amor más bonito es el amor desinteresado. 

a ti, j.